La importancia de leer seguido

Si lees menos de 3 horas a la semana, estás desperdiciando tu potencial.

El otro día hice una encuesta en mis historias de Instagram, en la cual pregunté a la gente cuánto tiempo le dedicaban a la lectura. La gran mayoría votó que leían menos de 3 horas a la semana, o sea, un promedio inferior a 30 minutos por día. Si bien es cierto que hay gente que lee mucho menos que eso, me gustaría animarte a que consideres leer un poquito más. Si lees por lo menos 1 hora al día, te aseguro que a la larga serás una persona más feliz y lograrás más en todos los ámbitos de tu vida.

Fotografía de libros antiguos
Los libros son puertas a otros mundos y compañeros de viaje.

Leer te mantiene saludable

Siempre se ha dicho que los libros son el gimnasio del cerebro. La estimulación mental que se produce al leer fortalece tu mente y previene el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Y no, no hace falta que devores libros complejos. Tu sensual y viscoso cerebro agradecerá cualquier tipo de lectura y, si lo haces con frecuencia, experimentarás una mejora notable en tus funciones cognitivas. Tu cerebro será tan fuerte que podrá golpear a otros.

Leer te hace más sexy

Cuando conversas con alguien que ha leído mucho, puedes hablar prácticamente de cualquier cosa, y eso llama mucho la atención. El atractivo físico es algo que impresiona, pero más impresionante aún es hundirse en la voz de alguien que maneja sus palabras con elocuencia y sabe qué decir y en qué momento decirlo. Una labia rica, producto de abundante lectura, es un perfume, una caricia, un abrazo. Es un embrujo que funciona muy bien, te lo garantizo.

No te lo garantizo porque yo sea bueno con las palabras: Conversar conmigo es igual de divertido que mirar un acuario de almejas, pero he visto a otros y te diré que sí, leer te hace más sexy.

Leer incrementa tu concentración

Al ser una extensión de nuestro cuerpo, los teléfonos celulares solucionaron muchos problemas en nuestra vida, pero también generaron otros: Por ejemplo, las redes sociales son responsables de haber dañado un poco nuestra habilidad para concentrarnos. Si has estado consciente de ti mismo/a deslizando el dedito por el feed o muro de distintas redes sociales, sabrás a lo que me refiero. Tenemos un sentido de la inmediatez que nos hace difícil mantener nuestra atención en una misma tarea. Leer es algo que puede mejorar este problema y, como resultado, estaremos más presentes y notaremos cosas que de otro modo pasaríamos por alto.

Imagen de StockSnap en Pixabay
Imagen de StockSnap en Pixabay

Leer es muy divertido

Parece una locura pero hay que recordarle a la gente que leer puede ser muy divertido. En el fondo, la gente que no lee o que lee muy poco, suele ser gente que en algún momento de su vida tuvo malas experiencias con los libros. Los culpables de este trauma literario que tuviste, seguro que ya los conoces y si buscas en tu pasado verás imágenes de algún profesor ablandabrevas o una figura paterna que intentó meterte a la fuerza libros que no te gustaban.

El miedo o resistencia a leer también ocurre cuando nuestra curiosidad se ve diezmada por algún evento lamentable, que a menudo sucede en nuestra infancia. Por favor, recupera tu curiosidad cuanto antes, y recuerda que leer puede ser muy divertido. Si tienes una pasión, y créeme que la tienes (puede que coleccionar almohadas de waifus sea lo tuyo y aún no lo sepas), entonces tienes un montón de libros cuyo tema es eso que tanto te gusta. Búscalos y no pares de leer.

Leer hace que escribas mejor

Los futbolistas buenos juegan mucho al fútbol, los boxeadores buenos entrenan un montón y pelean mucho, los ajedrecistas buenos no tienen vida social juegan mucho ajedrez. Entonces, ¿los escritores que quieren mejorar tienen que escribir mucho? NO. No te engañes, por favor. Los escritores buenos son, en primer lugar, buenos lectores. Tienes que leer mucho para llegar a ser un buen escritor o una buena escritora. Cada libro que lees es un maestro y de sus páginas puedes aprender técnicas que serán de mucha ayuda en tus propios textos. Así que lee y no te detengas por nada en el mundo, carajo. Lee en el baño, lee en el transporte público, lee antes de una cita. Lee hasta en los funerales, maldita sea.

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